Esta gran figura de santidad y sabiduría nació en el año 1488 en la Villa de Fuenllana, en donde se había refugiado sus padres, Alonso Tomás García y Lucía Martínez Castellanos, huyendo de la peste que se había señoreado de su pueblo natal.

La casa de los García era como el paño en que se enjugaban las lagrimas de todos los de la comarca. Era la auténtica caridad cristiana la reina de aquel hogar bendecido por Dios, materialmente. Nuestro santo no fue sino un reflejo de su progenitores.

En el año 1503 entró a la universidad de Alcalá, donde fue un modelo de estudiante. Renunciando al rico patrimonio que su padre le dejara al morir, distribuyo toda su herencia en limosna para los pobres para quienes fundó un hospital con todo lo necesario. Pasó luego a la Universidad de Salamanca donde se graduó de maestro de Arte y Licenciado en Teología, cátedras que desempeño con general aplauso y aprovechamiento de sus discípulos en los cuales figuraron aventajados y sobresalientes como el maestro Hernando de Encina y Fray Domingo de Soto.

Después de distinguirse por su gran sabiduría, entro a la orden de San Agustín, cuyo hábito tomó el 21 de noviembre de 1516, precisamente el mismo tiempo que Martín Lutero se declara fuera de dicha orden y enemigo de la Iglesia Católica.

En el año 1544 la fama de su elocuencia se extendió en tal forma, que el Emperador Carlos V le solicitó como su predicador.

Por humildad se negó a aceptar el vacante cargo de Arzobispo de Granada que, por recomendación del Monarca, se le ofrecía y por obediencia a la autoridad superior tuvo que aceptar el Arzobispado de Valencia.

Para evitar el flamante recibimiento que se le preparaba y toda despedida y acompañamiento, salió sin dar noticias de su parida, con la sola compañía de un padre y dos criados, llegando a su destino al anochecer del día 20 de diciembre de 1544, solicitando alojamiento en un convento como viajero interrumpidos por la llovía.

Muy grandes fueron las obras realizadas por el Santo Arzobispo; entre ellas la donación de 2.500 escudos con que ayudó a los padres Jesuitas para la fundación del Colegio de San Pablo, en Valencia.

En 1550 fundó el Colegio Mayor de la Presentación con rentas suficientes para mantener a diez colegiales pobres que quisieron estudiar la Sagrada Teología.

El 7 de noviembre recibió a los diez primeros colegiales.

El 28 de agosto del año 1555 celebró su última misa, muriendo el 8 de septiembre del mismo año Y vistiendo el hábito de los Agustinos, fue sepultado en el monasterio de dicha orden conforme lo había mandado en su testamento.

   Su beatificación se declaró el 7 de octubre de 1618, para ser canonizado, es decir elevado a los altares como uno de los santos más gloriosos de la Iglesia Católica, la cual lo distingue con el título de:

"EL SANTO LIMOSNERO y EL PROTECTOR DE LOS POBRES"