Del 2 al 5 de agosto pasado, en las instalaciones de Damasco, se ha realizado el Cursillo 109 de varones al cual han participado 10 jóvenes provenientes de diferentes parroquias de la diócesis, entre ellos dos seminaristas de nuestro seminario diocesano.
La experiencia del Cursillo es una ocasión para re-descubrir la propia fe a través de un encuentro intenso con el Señor en el silencio y el recogimiento, que luego se transforma en testimonio de vida cotidiana, convirtiéndose como levadura que se pone en la masa o como la sal que da sabor a la comida.
Luego del Cursillo, los participantes regresan a sus respectiva comunidades y se reúne periódicamente en la Ultreya que significa seguimiento.