El grupo de la Pastoral familiar diocesana guiado por le padre Edwin Nieto, ha celebrado el domingo 7 de enero un Convivio familiar con la participación de más de trescientos personas, representantes de todos los animadores de la pastoral familiar parroquial a nivel diocesano.
El convivio se ha realizado por los responsables diocesanos, la pareja Roberto y Sadia Villarreal y una pareja representante de cada parroquia, en el marco de la fiesta de la Sagrada Familia y en la perspectiva de Días en la diócesis cuando las Familias tendrán un papel fundamental en la acogida de los jóvenes peregrinos y en la logística de las celebraciones, además que en la movilización, alimentación y orientación durante el desarrollo de los diferentes eventos que se están preparando.
El convivio no podía iniciar sino con la Eucaristía, convivio por excelencia, presidida por el obispo, mons. Rafael Valdivieso, concelebrada por el padre Edwin Nieto y animada por el ministerio de Música de la parroquia Santa Teresa de Jesús de Llano Bonito.
En la homilía, el obispo se ha enfocado en las tres figuras que dominaban la Liturgia de la Palabra de la fiesta de la Epifanía, es decir Herodes, los sacerdotes del templo y los reyes magos; y por cada uno ha delineado brevemente los rasgos característicos- Herodes, representa a los que están encentrados exclusivamente en sí mismos y defienden los propios intereses; Los sacerdotes que representan a aquellos cristianos que conocen bien la Palabra de Dios y la moral cristiana, sin embargo, no se dejan tocar en su vida y actúan como simples funcionarios; y los reyes magos que representan a todos aquellos que han encontrado una estrella, la cual indica una meta, y la siguen con perseverancia.
El tema de la estrella también se ha prestado como metáfora para comprender cuáles son los polos de atracción que orientan las familias en nuestro tiempo y cómo una familia cristiana se puede convertir en una estrella de referencia para muchas familias que andan desorientadas por el camino de la vida.
El convivio ha continuado luego con el almuerzo, preparado por los organizadores como signo de fiesta, y al mismo tiempo como ocasión para remarcar la importancia de compartir juntos los alimentos que el Señor nos concede contra la tendencia de comer simplemente para alimentarse, donde cada uno come en horario diferentes y hasta en lugares diferentes, como sofá, cama, cuarto personal, patio de la casa, etc.
La familia es lugar de comunión y escuela de amor, tolerancia y perdón. En la familia se comprende lo que es la Iglesia, y la misma Iglesia es una gran familia donde los hijos de Dios experimentan la alegría de sentirse amados y amarse recíprocamente. “Donde hay dos o tres reunidos en mi nombre, Yo estoy en medios de ellos” (Mt 18, 15-20)