La Iglesia católica de todo el mundo celebra hoy la solemnidad del Corpus Christi con la cual se quiere remarcar el significado de la presencia real de Jesús con su Cuerpo, Alma y Divinidad bajo la especies del Pan y del Vino que por medio de la Consagración se convierten en Cuerpo y Sangre de Cristo. Es una fiesta que fue introducida en el calendario litúrgico sea para celebrar algunos milagros maravillosos que se dieron en Italia, entre ellos una Hostia partida que derramó sangre la cual manchó el corporal que se utiliza durante la Misa y que se guarda en la Catedral de Orvieto (Italia) sea para favoreces la devoción de los cristianos con la Adoración del Santísimo Sacramento.
A través de los siglos, esta fiesta se ha ido enriqueciendo de elementos devocionales y folclóricos que, de alguna manera eran como catequesis que se utilizaban para explicar al pueblo la profundidad del misterio que se celebra. Así nació la costumbre de adornar las calles con alfombras floreales que mostraban el agradecimiento del pueblo,(lo mismo que se realiza en la Villa de Los Santos) y así también nació la tradición de los diabólicos, que a pesar de su nombre y condición advierten el deseo de acercarse y reconocen la divinidad de Jesús, aun cuando muchos hombre tienen dificultad en creer. (Esta tradición tiene raíces españlas y remntan a la época colonial. Están muy arraigadas sea en la Villa de Los Santos que en Parita)
Estas hermosas tradiciones se han convertido, con el tiempo, en un verdadero patrimonio cultural que a su vez ha sido estímulo y atractivo turístico que finalmente los órganos oficiales están reconociendo y promoviendo adecuadamente.
Sin embargo, todas estas tradiciones y folklores, para algunos se convierten en el único eje de interés olvidando la origen espiritual y distrayendo del verdadero motivo de la fiesta. Por este motivo se necesita una adecuada catequesis del pueblo de Dios para que sepa discernir los verdaderos valores y vivirlos según la correcta jerarquía de importancia.